“Cuando era niño, escuchaba a los doctores y el personal de ambulancia entrar a mi casa y decir ‘Sra. Stewart, usted tiene que haber hecho algo para provocarlo. Señora Stewart, se necesitan dos personas para crear un pleito.’ Mal. Mal. Mi madre no hizo NADA para provocarlo — y si lo hubiera hecho, la violencia NUNCA jamás es una opción que un hombre debería tomar. NUNCA”. Patrick Stewart, actor.
El 25 de Noviembre se celebró el Día Internacional contra la Violencia de Género, una jornada que sirvió para tomar conciencia de la abrumadora realidad que nos rodea, sin embargo, la vida continúa, ¿verdad? Y dos semanas después de este día tan señalado ya no nos sentimos tan bombardeados por datos escalofriantes y estadísticas que erizan la piel, una realidad convertida en una de las grandes lacras de nuestra sociedad.
El 25N ya lleva intrínseco un significado, algo tremendamente positivo para concienciarnos sobre una realidad frente a la que debemos luchar, no obstante, desde Chomandos quisiéramos hacer un pequeño llamamiento: No tomes conciencia un solo un día. El año tiene otros 364 días más en los que los datos siguen presentes y más allá de los datos, lo que verdaderamente importa:
Existen familias víctimas de violencia… cada día.
La violencia se puede ejercer de muchas maneras. A lo largo de los años las diferentes redes de apoyo nos han inculcado sin pretenderlo un estereotipo: Una mujer con un ojo morado. Sin embargo, existen formas de violencia más allá de la física y a veces, incluso más dañinas. Pues las heridas físicas se pueden curar… sin embargo, existen heridas emocionales para las que no existen tiritas, sino muchos años de trabajo y superación. Violencia física, psicológica, social, económica o sexual. Tampoco debemos olvidarnos del perfil de las víctimas, pues en un entorno de violencia doméstica, son a menudo también los hijos los que sufren esta realidad.
Sin embargo, las diferentes asociaciones de mujeres maltratadas, luchan cada día no solo por concienciar sobre esta realidad y dar apoyo, sino también por desvictimizar a aquellas mujeres que acuden a sus recursos. Un ejemplo, desde la Federación RAMMAS (Red de Asociaciones de Mujeres Maltratadas Supervivientes) cerca de 100 participantes han reclamado que no se les considere víctimas, sino supervivientes de maltrato.
¿Se puede “salir” de una situación de maltrato? Las organizaciones lo tienen claro: Rotundamente sí.
¿Se puede “superar” una situación de maltrato? De nuevo, unanimidad absoluta: Sí.
Un camino que no siempre es fácil, pero que con la ayuda de los recursos asistenciales, muchas veces puede suponer la diferencia entre una vida sumida en la violencia, o la auténtica felicidad, o un poco más allá, la diferencia entre la vida y la muerte.
Es posible que estos últimos datos te sorprendan pues cada día escuchamos más y más noticias sobre víctimas de violencia, como si la sociedad cada día fuera a peor, en vez de mejorar.
Nuestra Community Manager, Mabel, socióloga experta en la materia nos lanza una reflexión muy interesante:
«Hay que tener en cuenta que el trabajo, la lucha para la eliminación de la violencia de género es cosa de todas y de todos.»
Por eso, hay que quitarnos de encima la idea de que “todos los hombres son iguales”. Recientemente ha surgido el concepto de “nuevas masculinidades”. Esta nueva manera de entender y de “ser hombre” se contrapone a las masculinidades tradicionales, que podríamos dividir en dos tipos: la dominante y la oprimida.
En el primer caso se situarían los hombres convencidos de que son superiores a las mujeres y que, por tanto, tienen que llevar a cabo esta superioridad dominándola y, a menudo, maltratando si ésta se resiste. En el segundo caso, estarían las masculinidades oprimidas.
En este caso, al tratarse de masculinidades tradicionales seguirían con la idea de que el hombre es superior socialmente a la mujer, por la propia presión de la sociedad, pero, sin embargo, no realizarían conductas violentas para fomentar esa supuesta superioridad dominándola. Este hecho les llevaría en muchos casos a ser oprimidos por los otros hombres.
El adjetivo de “calzonazos” sería el qué más nos puede hacer entender de qué hablamos.
Es este contexto surgen las llamadas “nuevas masculinidades”. Este “tipo de hombres” han superado la idea de dominación masculina hacia la femenina y luchan junto a ellas para una igualdad efectiva.”
Sin duda esta reflexión nos ofrece un halo de esperanza. ¿Está realmente la sociedad cambiando?
“Las instituciones se centran en la víctima y, aunque no hay que dejar de hacerlo evidentemente, también es importante enfocarse en el agresor. Aunque mucha gente lo desconoce, un agresor no está obligado a hacer terapia o tratamiento, sólo lo hacen aquéllos que lo piden (y normalmente para rebajar la pena).”
Además, según los datos, alrededor de un 70% de los niños víctimas de violencia doméstica, continúan con los patrones familiares, maltratadores o maltratados.
La violencia familiar es un todo y no se limita solo a una víctima. Es importante saber, que si alguna vez nos encontrásemos con una situación de posible violencia, podemos denunciarlo, pues no necesariamente tiene porqué ser la propia víctima quién lo haga, para ello, tanto víctimas como conocedores pueden llamar al teléfono 016, un teléfono gratuito y que no deja rastro en la factura telefónica. Funciona las 24h del día y es absolutamente confidencial.
Desde la educación en valores e igualdad a los más pequeños, con una mirada de esperanza y apoyo a través de las redes asistenciales: Podemos terminar con esta realidad.
¡Un abrazo chomander@s!
Viviendo en constante aprendizaje. #Psicóloga y #Emergencista. Psicología de las Emergencias. Participante de @Chomandos.