Uno de los privilegios de la humanidad es la diversidad. De ella nace la multicultura y las diferencias físicas y sociales de cada individuo. Respetarlas es parte de la aceptación que nace de la tolerancia.
En esta entrega CHOMANDEROS, compartimos algunas reflexiones sobre la importancia de la tolerancia en las relaciones.
La tolerancia no es un ejercicio de respiración que se hace ante el desacuerdo de una postura. O de una situación. O de una actitud.
La tolerancia es un factor que influye en el comportamiento humano, tal como lo puede ser la paciencia, la resiliencia, la responsabilidad.
Practicar la tolerancia debe comenzar por aceptar al otro tal como es. Esto implica no solo en su apariencia física, sino también en su forma de expresarse. Incluso en sus creencias o preferencias sexuales.
A diferencia de lo que se cree, la tolerancia no es solo una cuestión de la humanidad. En su mínima expresión, debe comenzar por la crianza e incluirse entre los valores y principios de los niños.
Comenzando por la base, practicando desde las relaciones más simples, la tolerancia se puede asumir con naturalidad y prevalecer en las relaciones. Para practicar la tolerancia hace falta el respeto.
Las normas de convivencias hablan del respeto y la aceptación ante todo. No se puede esperar que el otro – pareja, amigo, colega o familiar – se adapta a uno o cambie conforme a nuestras expectativas.
Para que la convivencia tenga éxito, hace falta construir desde la base de la tolerancia. Sin embargo, tolerar no quiere decir consentir todo. Es importante tener claro cuáles son nuestros derechos para defenderlos. Así como, nuestros deberes para cumplirlos.
De allí la importancia de recordar que la tolerancia se construye desde el respeto. Ante el irrespeto o la descalificación, no hay forma de sostener la convivencia. Todo individuo tiene derecho a ser sí mismo y respetado como tal.
La mejor forma de inculcar la tolerancia es comenzar por casa. Se debe ser congruente con el verbo y la acción. Es decir, la relación de pareja debe estar basada en una convivencia sana, comunicativa y de reconocimiento del individuo.
No todo el tiempo estamos contentos sobre el comportamiento de nuestra pareja, hijos, padres, etc. Sin embargo aceptar su forma de ser, sin que haya falta de respeto es parte de la convivencia.
4 pasos para fomentar la tolerancia desde la infancia
- Reconocer las diferencias. Bien dicen que los polos opuestos se atraen. Reconocer las diferencias va desde nuestro color de piel y facciones. Hasta la cultura y creencias.
Los niños son lienzos en blancos, hay que evitar establecer en ellos estereotipos o calificativos a quienes son diferentes. Educar sobre las diferencias sin establecer límites, habla de la aceptación y la tolerancia.
Hay que luchar contra el tabú de pensar que al hablar sobre las diferencias se irrespeta el otro.
Como padres, también debemos reconocer las diferencias en nuestros hijos y respetarlas. La comparación entre hermanos o niños es irrespetar la identidad del pequeño.
- Aceptar al otro tal como es. Es normal generar más empatía con algunas personas que con otras. Sin embargo, hacer a un lado con quienes no somos empáticos es una falta de respeto.
La tolerancia fija como principio la aceptación del otro con todos sus matices. En el caso de los niños puede manifestarse en el simple hecho de no querer compartir sus afectos o juguetes.
En estas situaciones, manejar la frustración para que el niño entienda las razones del otro, hace que su actitud se apegue a la tolerancia.
Como padres, también debemos aceptar a nuestros hijos tal como son. Tratar de adaptarlos a nuestras expectativas no solo es un acto de intolerancia, sino también de egoísmo.
- Respetar los desacuerdos. Escuchar opiniones o posturas diferentes a las nuestras, es un ejercicio para poner a prueba la tolerancia. Transmitir nuestra posición si ofensas es practicar la tolerancia.
Si el mundo estuviera de acuerdo en todo, no nos llamaríamos mundo sino país. Respetar las diferencias nos lleva a comprender los desacuerdos. Y aceptarlos desde la base del respeto.
- Retroalimentarse de la diversidad. La diversidad es riqueza. Quien ha tenido la oportunidad de conocer otras culturas y convivir con ellas, se hace una persona más culta y tolerante.
Es importante aprovechar la postura del otro. En muchas oportunidades, hace falta ver el cristal desde otra perspectiva, para entender la situación y abrazar el momento.
Y tu CHOMANDERO ¿cómo practicas la tolerancia?
Soy Periodista, apasionada de las comunicaciones integradas y manejo de crisis ¡Me encanta lo que hago! Escribo desde la experticia de las Comunicaciones Corporativas y hablo desde la experiencia de ser mamá. Lo mío es comunicar y contar historias.